lunes, 11 de agosto de 2014

En lo desconocido


La noticia musical de esta semana de verano es de lo más curioso. Tom Petty, que lleva cuarenta años ininterrumpidos en el top ten de las estrellas del rock (mérito apenas compartido con los Stones, Dylan, Neil Young y Springsteen) acaba de ser número 1 en las listas de ventas por primera vez, con un disco -Hypnotic Eye- que aunque bueno, muy bueno incluso, no deja de ser menor en su carrera. Y la cosa no acaba ahí, es que el  actual número 2 del Billboard es un disco de Eric Clapton de homenaje a J.J. Cale en el que participa también Tom Pettty. Es decir, que el autor de algunas de las melodías fundamentales de la historia del rock, que ha hecho obras tan excelsas como Full Moon Fever, Damn the Torpedoes o Wildflowers (que, inexplicablemente, nunca llegaron a lo más alto), ya en la madrugada de su carrera coloca un disco propio y otro ajeno en lo más alto de las listas de ventas. Probablemente esta noticia al viejo Tom se la traiga al pairo, ya que nunca ha sido una estrella de primera plana (si le mentas aquí en España te suelen poner una cara como la de Messi tras la final del Mundial), y como guardián de las esencias de un rock antiguo y primordial, de cuando se edificaron los cimientos de las civilizaciones, está por encima de esta clase de menudencias. A todo esto, Hypnotic Eye es un discazo en el que Petty suena más como siempre que nunca, un máster de rock clásico.
Cuarenta años ha tardado Tom Petty en llegar al número 1, los mismos que Moisés en llegar a la tierra prometida. Mejor eso que nada, hay quien se muere sin beber del néctar de la gloria. Como contaban mucho mejor que yo Miguel en Howlin' at the Moon o Josh Lyman en El Ala Oeste, la música de Blind Willie Johnson fue enviada en la Voyager 1 al espacio exterior, junto a sonidos e imágenes representativos de nuestro planeta, a la espera de que en un lejanísimo futuro alguna civilización lejana dé con ellos, y todo esto muchos años después de que el pobre Willie muriera en la extrema pobreza. Blind Willie se quedó ciego a los siete años después de que su madre le rociara con ácido porque su padre se acostó con otra, pasó una vida de penurias en los cruces de caminos del sur de Estados Unidos a la sombra de Robert Johnson y murió a los cuarenta y siete años, enfermo y sin un centavo, durmiendo entre cartones mojados, pero su música atravesó en 2005 el frente de choque de terminación, la frontera entre el Sistema Solar y la inmensidad desconocida, y ahora viaja, por el fin de los siglos, en el objeto humano que más lejos haya llegado nunca. En algún momento nosotros nos extinguiremos y la Tierra desaparecerá por completo, pero la Voyager seguirá surcando los caminos del espacio dentro de millones de años, y si en algún momento muy remoto alguien diera con la sonda y consiguiera descifrar el disco de oro que transporta se podrá hacer una idea de cómo era la civilización que envió esa música a lo desconocido escuchando el lamento de Blind Willie Johnson en Dark was the night (cold was the ground). Tom Petty llegó en vida a número uno, cierto, pero el ciego y pobre Blind Willie Johnson es inmortal y su música suena en las estrellas.

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Past my days of great confusion
Past my days of wondering why
Will I sail into the heavens
Constellations in my eyes

Hey yeah yeah
In the dark of the sun
We will stand together
Yeah we will stand as one
Oh in the dark of the sun

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